Encontrarse en un hotel donde convergen viajeros de todo el mundo, historias, charlas y muros de piedra que guardan tradición y tiempo, nos envuelve siempre en una atmósfera de reflexiones y en un ambiente ideal para disfrutar el entorno.
Este hotel enclavado en el núcleo de Real de Catorce, emerge con una gran historia que, a la fecha, nos llena da alegría recordar.
El antecedente de este hotel comienza hace algunos años atrás, cuando una pareja de extranjeros decidió adquirir un terreno algo accidentado por el entorno geográfico con la finalidad de construir un hotel, de inmediato, adecuaron el lugar de acuerdo a la estructura del terreno, de ahí que al día de hoy mantenga esa arquitectura tan peculiar. La ruina que existía inicialmente, fue restaurada procurando seguir el estilo original. La idea de las jardineras en declive resulta una delicia para los visitantes.
Hace una década, le encargan el Hotel a una amiga cercana, Mercedes Aquino, quien sin dudarlo decide aceptar el reto de administrar este espacio y hacerse cargo de él. Mercedes entusiasmada, dispuesta a aprender sobre administración de hoteles, comenzó a capacitarse y darle vida al lugar.
-Recuerdo que los primeros días me vine a dormir a este lugar, en sueños se me apareció el dueño quien me llevaba de cuarto en cuarto diciéndome “mira aquí usamos este material, aquí hicimos esto, aquello, etc., al final me dijo que me lo encargaba, a la mañana siguiente me desperté muy sorprendida; recordando este sueño y bueno pues me entusiasmé más y empezamos a trabajar poco a poco en cada detalle, como el logo, y otras cuestiones, básicamente buscaba la posibilidad de hacer un hotel diferente, como más familiar donde las parejas, las familias y cualquier persona incluso con su mascota, pudieran convivir sin perder de vista su privacidad, quizá buscaba más allá de generar un hotel de gran cadena, un espacio más íntimo que fungiera más como una casa familiar que como un hospedaje impersonal.
El Ángel y el Corazón es uno de esos lugares que uno guarda como amuleto para extraerlo junto a los recuerdos de Real de Catorce, ideal para pasar un par de noches escuchando el viento, sintiendo la magia de las noches estrelladas y por supuesto, sucumbiendo al calor de las chimeneas de algunas de sus habitaciones.
Pues si bien el hotel no responde a las necesidades más modernas, si hace referencia a un lugar peculiar, creado sin los artilugios del diseño interior contemporáneo que, por lo general, responden más a modas y estilos efímeros que a una propuesta más bien sencilla donde no tienen cabida los televisores, ni la radio, y por suerte, casi ni al internet, pues todo ello seguro ayuda a cualquiera a desconectarse para poder sentir el embrujo de Real de Catorce.
Conformado por áreas comunes hermosamente decoradas con jardineras, donde yacen plantas de la localidad, flores de colores, y una que otra maceta de barro que aloja caucáseas, el hotel seduce por su belleza, sin duda, es un lugar deliciosamente rústico, más bien refleja un aire bucólico, podría pasar por aquellas antiguas posadas donde hacían escala comerciantes y viajeros de otros tiempos, a diferencia de aquellos lugares, este lugar sabe al cariño familiar, se siente el cobijo de la localidad pero sobre todo emerge como una estancia donde se intercambian agradables charlas con Mercedes que siempre de trato amable nos da la bienvenida.
Las seis habitaciones con nombres de planetas, constelan alrededor de patios y terrazas celosamente guardados entre recovecos y desniveles encallados en todo el predio.
La hermosa vista al paisaje árido y natural de Catorce contrastan con la sinergia del pueblo y su arquitectura, desde cualquier ángulo del hotel, asombra de sobremanera ver los cielos, a tal punto que las estrellas y la luna ocasionalmente se asoman descaradamente quizá para observarnos también.
Responsable con el Entorno
El hotel genera diversas sinergias para conservar el medio ambiente de la localidad, aprovecha el agua de tinas y regaderas, que se purifican a través de métodos de filtros y se utilizan para regar jardines, se procesan y separan los desperdicios, así mismo, aluminio, plástico, vidrio y cartón son llevados a centros de acopio para ser reciclados.
Lo cual son iniciativas que ayudan mucho al pueblo que ya de por sí tiene sus propios problemas con la basura y suciedad de caballo.
Paquete Romántico
El romance se puede gestar fácilmente en este lugar y más por la iniciativa de generar un servicio que lo incluya todo. La Chimenea encendida, arreglo de flores esparcidas por la habitación, profusión de velas, un corazón de flores en el lecho, una botella de vino, chocolates, tabla de botanas delicatessen y toda la actitud del personal para recibir de manera especial a la pareja, de igual manera si es un plan sorpresa o si se desea discreción. Dicho plan se debe de agendar por lo menos con una semana de anticipación para que todo se prepare con tiempo de la mejor manera.
Sin duda el Ángel y el Corazón es un hotel ideal para pasar un fin de semana y disfrutar de este hermoso pueblo lleno de aventuras y sorpresas que siempre se recuerdan con gran cariño.
Datos del Hotel:
Real de Catorce, SLP
Iturbide no 3
Tel. 01(488) 88 750 62
The Book of Life recomienda hospedarse en el hotel el Ángel y el Corazón.
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