¿Qué onda con las Mariposas Monarcas?
Por Ana Solórzano
Fotos: Vania Olmos
El fenómeno migratorio de las mariposas monarcas vale la pena conocerse, representa un espectáculo de constante contemplación y reflexión de esta especie. Sin embargo, no sólo debe quedarse en un simple paseo recreativo, sino también debería observarse bajo una mirada crítica; esto, me lleva a preguntarme: ¿El ser humano depende de esta especie para sobrevivir?, ¿la población de las monarcas está disminuyendo? y de ser así, ¿cómo podemos contrarrestar su desaparición paulatina?
Antes de responder comienzo por describir brevemente el acontecimiento y uno de los ecosistemas donde habitan las mariposas, la Sierra Chincua, reserva que tuve el placer de conocer.
Este ecosistema alberga un paisaje deslumbrante de pinos y posee un clima templado y frío, ese clima boscoso que en los meses de invierno cercanos a la primavera se permea de un aire fresco en la sombra, pero que al salir de ella te atrapa un sol brillante y seco. La Sierra Chincua está ubicada en el núcleo de la Reserva Especial de la Biósfera Mariposa Monarca, dentro del municipio de Angangueo, Michoacán.
Llegar a la increíble zona es bastante accesible si tu punto de partida es la Ciudad de México, la dirección que se debe tomar es rumbo a Toluca, después acceder a la desviación hacia Zitácuaro, Michoacán y unos minutos más adelante se encuentra un gran arco que da la bienvenida a la Reserva, el viaje es de hora y media, aproximadamente. Como en cualquier área natural protegida, en la entrada se debe pagar una cuota de $30 destinada a la Comisión Nacional de Áreas Protegidas.
Por sí mismo el bosque resulta un deleite, pero la experiencia se magnifica conforme avanzas y descubres un mundo de mariposas monarcas que cubren árboles enteros, vuelan a tu alrededor y se posan en el suelo formando tapetes de colores naranja, blanco y negro.
Realizan el desplazamiento cada año entre los mediados de agosto a marzo, la llegada al centro del país se da durante los primeros días de noviembre. Existen dos rutas migratorias que sigue la especie; la mayoría va por la ruta del este desde el sur de Canadá hasta el centro de México y la segunda porción de la población sigue la ruta del oeste, comenzando a reproducirse en Canadá e hibernando en la costa de California. Las que siguen la ruta migratoria del este son conocidas como la generación “Matusalén” y tiene un ciclo de vida de 8 a 9 meses aproximadamente, mientras que el resto sólo vive alrededor de un mes.
Los esfuerzos por conservar la ruta empezaron en 1986, pero desde 1970 se comprobó científicamente su comportamiento migratorio, a pesar de que los pobladores de las rutas ya lo tenían contemplado empíricamente durante muchos años atrás. Es bien sabido que las acciones del gobierno y organizaciones no gubernamentales buscan implementar estrategias de manejo sustentable, sin embargo, con el paso de los años se ha visto que los objetivos de conservación de los ecosistemas y mejoramiento de vida de las comunidades involucradas no son del todo efectivas, por esto es importante analizar los cuestionamientos que de inicio se plantearon.
Aunque para indagar dichas preguntas se requiere un espacio de argumentos científicos, a grandes rasgos es importante abordarlas y generar una opinión más amplia al respecto.
La mariposa monarca es esencial en la cadena trófica, dependemos de ella como dependemos de todos los polinizadores*, los cuales también son bioindicadores del estado de conservación o perturbación de sus hábitats ya que tienen una relación directa con las plantas, que son su alimento y refugio en estado larvario.
Este año aumentó la población de las monarcas debido a diversas causas aún no comprobadas, entre ellas se le atribuye a las iniciativas por conservar sus hábitats y a las condiciones meteorológicas que les favorecieron. Por otro lado, las mariposas que siguen la ruta del oeste disminuyeron casi en su totalidad. Desafortunadamente, desde hace un par de décadas se ha visto que, con el incremento en el uso de pesticidas y la deforestación desmedida de sus bosques, todas las poblaciones han disminuido considerablemente.
Para contrarrestar la desaparición de estos maravillosos seres se pueden llevar a cabo iniciativas personales, que van desde plantar especies que les sirven de alimento o pequeños hábitats, hasta participar en iniciativas locales para evitar el uso de pesticidas y restaurar sus bosques, no obstante, la forma más eficiente de conservar a los polinizadores es con la implementación de políticas públicas favorables para el medio ambiente, que a su vez ayuden en la mitigación del cambio climático.
Definitivamente la mariposa monarca tiene un papel indispensable en la naturaleza, los seres humanos debemos tomar consciencia para sensibilizarnos con la problemática y entender la importancia de que millones y millones de ejemplares participen en un acontecimiento tan vital.
*De acuerdo con la FAO: Más del 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de la polinización. Los polinizadores son las especies como las abejas, mariposas, pájaros, polillas, escarabajos e incluso los murciélagos, que ayudan a que las plantas se reproduzcan.