Por Alejandro Carballo
Es interesante visitar lugares como San Cristóbal de las Casas, nos llena de curiosidad su historia, sus habitantes, los viajeros que vienen y van con un sinfín de anécdotas…
Más allá de reencontrarnos en este maravilloso lugar con las raíces, las semillas y las enormes alegorías culturales, reconstruimos la memoria de un lugar que no se olvida…
Decidimos viajar a San Cristóbal de las Casas a mediados de verano, justo cuando las lluvias transforman las calles en caudalosos ríos que bajan como serpientes a toda prisa para luego desaparecer.
En esta época del año, temporada alta para el turismo, nos sorprendieron los claros oscuros de la situación que vive este lugar. Mientras algunos viajeros, llegan para conocer y explorar el estado, otros salen a toda prisa por los conflictos magisteriales y políticos que han dejado ya estragos irreparables en la economía y el patrimonio local.
Chiapas siempre ha sido un lugar interesante, lleno de historias dignas de recordar, considero que hacer un recuento de lo que ha vivido esta tierra, puede ayudar a comprender mejor lo que se vive en estos días en San Cristóbal, San Juan Chamula, Zinacantán y otras localidades.
Pero para los que viajamos a este lugar pese a las tempestades políticas y sociales, deseamos con fervor encontrarnos las huellas del poeta Jaime Sabines, descubrir el ambar y su historia, reencontrarnos con los pasamontañas que ahora enaltecen los días de gloria del EZLN, finalmente los que visitamos este destino, anhelamos conocer mejor las comunidades indígenas que nos hacen recordar, el pasado y presente de un México que pareciera distinto y que sin embargo, se asemeja más a nuestra realidad que nunca, este hermoso e interesante lugar lleno de mechas, pólvora, textiles, idiomas y ahora maestros, nos seduce por su gran diversidad, por las historias de viajeros que vienen y van por esa gran serpiente que es San Cristóbal de las Casas.
Las noches en San Cristóbal nos llenan de curiosidad, turistas, indígenas y vendedores se dan cita en el andador turístico, recorren el centro de un lugar a otro mientras restaurantes, bares y tiendas trabajan a puertas abiertas para recibir a los transeúntes. Sin embargo, en ocasiones se antoja un lugar tranquilo para cenar, así que elegimos el Restaurante LUM dentro del Hotel B¨O un maravilloso lugar que disfrutamos plenamente, pues la chef de este lugar, nos sorprendió con una agradable propuesta gastronómica y por la generosidad de compartir un momento inolvidable con nosotros.
San Cristóbal es como una enorme serpiente, sus calles zigzaguean hasta las faldas de las montañas, muda de piel continuamente, pues su tradicional arquitectura, esconde debajo nuevos proyectos que emergen como una gran propuesta que se integra a una mirada distinta de este interesante pueblo.
Los tejados son como escamas que envuelven a San Cristóbal de las Casas como si fuera una coraza lista para enfrentar cualquier adversidad. Bajo esta alegoría, la gran serpiente nos muerde con fuerza para que siempre recordemos lo interesante que es este lugar, lo impactante, lo hermoso, lo contradictorio que guarda San Cristóbal de las Casas
Gran parte de la belleza de este lugar radica en la interactividad que hay con los pueblos indígenas de la zona, su forma de vida, sus tradiciones, costumbres, religión, el arte, los textiles, sus lenguas tzotzil, tzetzal, maya, entre otras muchas lenguas e idiomas que hacen de este lugar, un eco vigente de las voces del pasado y el presente.
Bajo este gran mosaico de posibilidades con las comunidades indígenas, las tradiciones de un pueblo “mágico” este lugar emerge como un ombligo multicultural, lleno de encuentros y desencuentros, en ocasiones surge como reflejo de un México que vemos poco, que nos llena de orgullo pero también de un México con carencias y desigualdades que siempre trata de salir adelante.
San Cristóbal de las Casas es un punto estratégico para recorrer pueblos cercanos o para trazar rutas a zonas arqueológicas y reservas naturales. Hay una gran diversidad de recorridos en las cercanías de San Cristóbal, desde la ciudad, salen continuamente transportes que recorren la localidad y su entorno. A veces vale la pena subirse a uno de los transportes colectivos de la localidad, recorrer el pueblo observándolo todo, si es posible, bajar en el mercado principal en donde podemos presenciar el comercio de productos locales a la usanza de hace siglos, mujeres ofreciendo sus frutos o verduras recién cosechadas en plena calle, mientras en la esquina una anciana espera a alguien sujetando el monedero con una mano y con la otra a dos gallinas atadas boca abajo, sin duda, un interesante lugar para conocer la profundidad de las costumbres y tradiciones de los habitantes de Chiapas.
Dentro de este hermoso lugar encontramos iglesias antiguas con interesantes retablos, así como con diversos estilos arquitectónicos con un valor histórico y patrimonial incalculable.
Sentarse dentro de la iglesia de Santo Domingo y observar cada detalle de este majestuoso templo en donde el arte sacro nos seduce con esa sutil belleza que sólo se ve en este lugar es realmente un acto que cualquier persona puede recordar por siempre…
El púlpito fue labrado en una sola pieza de madera de roble, los lienzos son claro ejemplo de la maestría de pintores que encausaron su trabajo en beneficio de este lugar, así como los artistas que diseñaron los retablos y cada detalle de este espectacular lugar hace algunos siglos.
Por fuera este antiguo convento e iglesia demuestran la más alta expresión del arte barroco chiapaneco, si observamos a detalle la fachada, encontraremos figuras tales como sirenas, grecas y adornos vegetales petrificados en el peculiar color rosa de este interesante templo que data del siglo XVII y que hoy funge como museo y cooperativa de artesanía indígena chiapaneca.
Respecto al arte y la cultura, existen algunos museos que poco a poco han generado un interesante acervo en sus colecciones, destaca el Museo del Ámbar.
Comer algo distinto
San Cristobal es un sitio lleno de restaurantes, la cocina fácilmente le da la vuelta al mundo con la gran variedad de platillos que encontramos en este lugar, nosotros vivimos gratas experiencias en algunos lugares como Bangcook (Cocina Asiática Tailandesa), Mercado de Carne San Cristobal (Churrasquería cocina Argentina), y Restaurante Lum(Cocina Mexicana e internacional apto para vegetarianos) tres tres lugares imperdibles, los dos primeros ubicados en la calle de Cuauhtémoc número 6 y LUM en Av. 5 de mayo número 38.
El café por la mañana es algo de lo que más seduce a los que amamos las diversas bebidas extraídas del cafeto, y más por las mezclas que se hacen con el café de Chiapas así que un buen café por la mañana siempre ayuda a empezar el día con una sensación de placer que acompaña la experiencia de estar presente en el momento perfecto en el lugar ideal.
La memoria de este viaje, me quita el sueño y me hace soñar despierto, aún siento el olor a leña de los textiles que compramos en la cooperativa de Zinacantán, me viene a la mente el recuerdo de personas maravillosas como Petrona, la niña que nos invitó a comer, el olor a café recién tostado, extranjeros que atrapados en el vaivén de esa gran serpiente llamada San Cristóbal de las Casas, pueblo mágico de México, se pierden en el tiempo para convertirse poco a poco en el paisaje de siempre de este lugar.
Como olvidarme de ese lugar en donde el sol apacigua las tempestades, el posh alborota el alma, el tasajo amansa la panza y el pan coleto nos deja contentos…
¡Si Pues! recobremos la memoria de un lugar que no se olvida…
Memorias de un viaje, San Cristóbal de las Casas, un lugar recomendable.